“Su música me hace bien”, sintetizó una fanática de Paramore ayer a la siesta. Y, con matices, la contestación se reprodujo en boca de quienes acudieron al Personal Fest para escuchar a grupos y solistas de diversos géneros. Algunos destacaron las letras de las canciones de rock, otros bailaron al ritmo del reggae y hubo quienes se sintieron identificados con las melancólicas melodías de los grupos de rock alternativo. Pero todos se dejaron llevar por lo que unió a más de 25.000 espectadores en un mismo predio: la música.
Pasadas las tres de la tarde, cuando se abrieron las puertas del Club Ciudad de Buenos Aires, los primeros en abalanzarse sobre el escenario Huawei fueron los amantes de Paramore, dispuestos a esperar más de seis horas por la cantante Hayley Williams. El espectáculo comenzó con grupos como Rayos Láser y Viva Elástico, mientras los espectadores que iban llegando recorrían los puestos de venta.
Puestos de hidratación ofrecían agua para quienes fueron temprano, dispuestos a soportar los 30º de temperatura bajo el sol. Con solo caminar unos metros en el club se podía distinguir una temática específica en la decoración: emojis. Emojis por todos lados. Emojis en torno a los escenarios, emojis -de un nadador y de un pato de juguete- en la laguna, emojis en la indumentaria de las promotoras.
A las 16, cuando tocó Estelares, había familias, parejas y grupos de amigos. La variedad de la cartelera que subió a los cuatro escenarios del festival impactó en la diversidad del público. Cualquier intento por descifrar cuál era el grupo que había convocado a cada espectador era inútil. A lo largo del primer día del festival, hubo familias que cantaron las letras de Turf, parejas que bailaron electrónica con el grupo local Poncho y amistades que escucharon atentos al norteamericano Jack Johnson.
El ritmo del festival se aceleró cuando Klub y Los Auténticos Reggaementes subieron al escenario. Muchos de los que hasta entonces habían reposado bajo la sombra de los árboles se acercaron bailando cuando escucharon los primeros acordes. Con invitados como el Baiano y Marcelo “Chelo” Delgado (el cantante de La Zimbabwe), la banda interpretó algunos de sus temas, canciones de Bob Marley y versiones reggae de distintas letras de Los Auténticos Decadentes.
Más tarde, los brazos se agitaron en el aire cuando Mala Rodríguez tomó el micrófono. Pese a los inconvenientes técnicos que demoraron media hora el show de la española -y que, en menor medida, persistieron durante su actuación y despertaron algunos gestos de disgusto en la cantante- el rap sonó con fuerza. Dos bailarinas acompañaron sus canciones mientras la andaluz entonaba sus letras, muchas de las cuales tienen un fuerte contenido de denuncia social.
Caía la noche y muchos de los espectadores volvieron a los puestos de venta en busca de pizzas y hamburguesas, pero IKV subió al escenario principal y el público se reunió a sus pies para recordar algunos de los grandes éxitos que grabó la banda en los ‘90. Mientras tanto, en otra de las plataformas, Diosque entonaba sus melodías. El cantante tucumano interpretó algunas de las canciones preferidas de sus fanáticos, muchos de los cuales bailaron durante todo el espectáculo.
Cuando llegó el turno de Turf, fueron los clásicos los que más animaron al público. Después de escuchar Pasos Al Costado, miles de fanáticos saltaron cuando llegó el turno de cantar “Yo No Me Quiero Casar, y Ud.?”. Minutos después, el reggae volvió a sonar de la mano de Soja, una banda estadounidense que ya se había presentado en ediciones anteriores del Personal Fest. Mientras los espectadores seguían el ritmo de sus canciones, los norteamericanos brindaron un show en el que se destacaron sus canciones sobre la importancia de superar las barreras ideológicas.
Se acercaba el final de la jornada cuando finalmente se cumplió el sueño de la fanática del primer párrafo: Paramore salió a escena. El show comenzó con el tema Hard Times, mientras estallaba la emoción de quienes esperaban por el grupo de rock alternativo desde las 15. Sin embargo, no todos pudieron disfrutar de la totalidad del espectáculo. Hacia las 22, en la segunda canción de los estadounidenses, el amontonamiento fue demasiado para algunas de las fanáticas. “Les baja la presión y les falta el aire por la cantidad de gente”, explicó un paramédico mientras los trabajadores de “Prevención” ayudaba a las más afectadas a cruzar las vallas de seguridad. A un costado del escenario, por lo menos 15 o 20 chicas tuvieron que esperar unos minutos hasta recobrar el aire y poder volver al campo. Minutos más tarde, los encargados de seguridad volvían a estar tranquilos mientras miles de espectadores cantaban con Hayley Williams.
El protagonista del cierre fue el cantautor hawaiano Jack Johnson. Su guitarra y su ukelele recorrieron una lista de más de 20 temas, entre los que se encontraban grandes éxitos como Breakdown y I Got You. Saludando y agradeciendo al público, obsequió a sus fanáticos algunas de las anécdotas sobre sus letras, muchas de las cuales fueron escritas para su esposa en el día previo a un evento para el que no había preparado un regalo adecuado. El pianista y percusionista Zach Gill destacó por su actitud al tocar distintos instrumentos, incluso poniéndose de pie sobre su propio piano.
El surfista se ganó definitivamente al público cuando tocó otras tres canciones, además de la veintena que tenía preparada. Better Together fue la última interpretación que vibró en el día inaugural del festival que unió a los amantes de distintas variedades de rock, de la electrónica y del reggae. Eran casi la 1 de la mañana cuando las puertas del club Ciudad de Buenos Aires vieron salir a familias, parejas y grupos de amigos. Independientemente del grupo que haya convocado a cada uno de los asistentes, en la jornada de ayer, la música unió a más de 25.000 personas en un mismo predio.